Las trompetas del día del juicio han anunciado la llegada del nuevo mesías: Obrador a la cabeza. Pero antes de burlarme por el cómo te sientes el día de hoy por ser un votador «inteligente» y no haber ganado, deja te cuento una historia.
Yo crecí toda mi vida en la colonia revolución de Chihuahua, adquirí y fui consciente de todas mis facultades a la edad de tres años.
La colonia revolución fue una de las primeras colonias en esta ciudad, nació junto con los lugares más emblemáticos que tú conoces: Quintas carolinas, colonia Villa, colonia centro, 20 aniversario, etcétera. Mi familia y sus antecesores estamos aquí mucho antes de que nacieran centros comerciales, plazas, OXXO’s e incluso antes de que siquiera existieran las universidades.
La revolución fue una de las colonias más peligrosas en su tiempo, me tocó vivir bajo los pies de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Calderón y Peña Nieto. Cada mesías prometió que habría más educación, más oportunidades, menos violencia, más esperanza.
Hoy casi todos los «amigos» de la calle con los que crecí están muertos o en prisión. Jonathan está en prisión por haber asesinado con un cuchillo a los tres pendejos que se juntaban en la esquina que hoy es un OXXO. Gonzalo es papá desde los 14 años. A Dany lo mataron cuando empezó la guerra contra el narco.
Frente a mi casa han ejecutado a 6 personas, uno de ellos a sangre fría por 12 puñaladas. A un tío lo golpearon hasta mandarlo al hospital para quitarle una cadena de oro que le regaló mi abuela. A mi mamá la han asaltado dos veces, a mí tres, a mi hermana la intentaron violar en una ocasión. Un tío por parte de mi abuela fue ejecutado también en la guerra del narco. Yo y mi tío nos escondimos cuando un comando llegó a la casa de su vecino para ejecutarlo y dejar sus sesos desparramados en su propia cochera, se han metido a robar a mi casa en tres ocasiones.
Me tocó ser testigo de cómo un grupo de cholos golpeaba a una muchacha y a su mamá, conocí a un tipo que hoy está en prisión por haber violado a su propia hermana, a mi hermana un pendejo la golpeó y no tuve más remedio que hacer que mis amigos le quitaran 8 dientes con una piedra.
No es nada nuevo, esto fue, es y será la colonia revolución, fue así ayer, y fue también antier.
Mi abuela dice que los políticos no hacen nada, y le creo, ella misma tuvo que perder a uno por problemas de desnutrición, toda mi familia tuvo que pasar hambre en estas calles. Mi mamá se volvió militar para ser una boca menos que alimentar, a mi hermana y a mí nos faltó comida en la mesa, mi padre está muerto por traficar, robar y asesinar.
Esto es la revolución, esto es la alcantarilla en al que crecí, porque he aprendido algo muy importante en estos años de vida: Yo y mi familia somos unas putas cucarachas.
No me importa que persona llegue al poder, sea Obrador, Salinas o Hitler, no importa quién esté, porque la persona que en unos meses se ponga la cinta presidencial es exactamente el tipo de persona que nunca ha tenido que caminar, ver y vivir lo que yo.
Se nos ha prometido dinero y no ha habido, lo hemos conseguido buscando debajo de las piedras. Se nos ha prometido acceso a la educación y nunca la tuve, tuve que robar libros a mi biblioteca hasta el día que tuve internet.
Se nos ha prometido esperanza y un mejor mañana, pero hemos aprendido que eso lo hacemos nosotros, no se nos regala, porque aquí en el gueto nada es gratis.
Este grupo de cucarachas nunca ha dependido de ningún puto gobierno, nunca ha confiado en nadie en el poder, hemos aprendido a vivir sin dinero, sin oportunidades y vistiendo la misma ropa un día tras otro.
Hemos sobrevivido con o sin el apoyo que prometieron los políticos en sus tantos discursos proselitistas. No creemos en nadie más que en nosotros mismos, porque hemos trabajado, nos hemos esforzado y nadie en esta casa abre esa puerta cada día sin saber que si se necesita comida en la mesa, si se necesita saber algo o si se necesita hacer un cambio, sólo queda en nosotros, ni en amigos, ni en familia lejana, ni en conocidos, ni en políticos… Sólo en nosotros.
No me vengas a presumir que eres más inteligente por no haber votado por determinado político, no me vengas a decir que «México se va a volver Venezuela», no me vengas a decir que ahora sí «nos va a cargar la chingada».
Tú no eres una cucaracha y lejos has estado de serlo, tú no has vivido lo que vivió esta familia, tú no eres más inteligente que nosotros, ni siquiera más inteligente que yo, menos si te comparo con las obras maestras que están en los recovecos de los otros que han crecido y sobrevivido en este gueto.
No nos da miedo que gane Obrador, no nos da miedo la opresión, porque somos cucarachas, vamos a sobrevivir, y si nos cortas la cabeza primero vamos a morir de hambre, y aun así nuestras cabezas en el suelo no dejarán de seguir aprendiendo, de seguir sobreviviendo.
Cuando el alba vuelva a bañar de luz esta alcantarilla, cuando las oportunidades se acaben, cuando la censura y la opresión vuelvan locos a unos y maten a otros, nosotros seguiremos viviendo, porque eso es lo que siempre hacemos las cucarachas.
Cuando todos ustedes y la clase alta hayan muerto, yo y los míos heredaremos la tierra, y ten por seguro que también seremos dueños de eso que llamas «el reino de Dios». No nos llegará por haberlo pedido, sino por haber llegado al final.
No tengo miedo, no lo tuve ayer, y no lo tendré por el mañana.
Fue tu decisión, fue tu voto, y si no fue así, está en ti en sentarte en llorar, o bien, ser uno de nosotros, porque nosotros vamos a sobrevivir y vamos a cambiar al mundo.
Vive o muere, pero no te quedes allí sentado a llorar, que eso no va a cambiar absolutamente nada… Maricón.
#PeaceOut.