Hace un año un amigo me agregó a un grupo de facebook llamado: «Ansiedad depresión y ayuda emocional», todo esto con la finalidad de que me burlara de las publicaciones que la gente necesitada de apoyo hacía.
No sé mucho de psicología y psiquiatría, sólo me he leído las obras de Freud, Jung, Erick Erikson, todo el arte de perfilamiento de mi Dios Robert Ressler, algo de psicología conductual y mi sagrada biblia, el DSM V. Total, soy de química, no tengo tanto tiempo de andar leyendo cuentos de hadas.
Yo iba con la idea de toparme a pura gente llena de THP (trastorno histriónico de la personalidad), pero no, fue una grata sorpresa notar que muchas de esas personas realmente tenían una extenuación emocional seria, y claro, soledad y nadie con quién hablar sobre el tema.
Hice lo que toda persona humilde y sana pudo haber hecho, me cree cuatro perfiles falsos de Facebook, de distintas edades y géneros:
Soy una señora soltera con la crisis emocional de los 40 y con la preocupación de no casarse nunca, soy una chica de 20’s que tuvo obesidad en casi toda la adolescencia y que eso le causó problemas de inseguridad, soy un hombre de 50 que está triste por haber perdido a su familia y que su único hijo parece haberlo olvidado, y la clásica, soy un joven con una depresión diagnosticada y que tiene serias crisis existencias y que el nihilismo inherente a su personalidad lo tiene perturbado.
Usé mis cuatro personalidades para conocer por privado a los casos más interesantes que me topé en el grupo e hice un santo desmadre, ahora tengo un chingo de pretendientes con la chica adolescente que buscan cualquier momento para decirme que no estoy gorda, que soy bella, como tres señores que se quieren casar con la cuarentona, cuatro adolescentes que se sienten enamoradas e intrigadas por la misteriosa personalidad poética de mi joven depresivo y tres señoras que sienten ternura y una imperiosa necesidad de mostrar afecto al tierno viejo ya que piensan que alguien que dio tanto en su vida no merece morir solo y abandonado por su hijo.
Como podrán notar, las redes sociales son demasiado peligrosas, y más cuando tienes la desgracia de toparte a personas como yo, que no es que sea mala persona, pero debo admitir que el dolor emocional ajeno es una de mis comidas favoritas, yo desayuno esas mierdas.
No sean pendejos y no confíen en las personas que conozcan en internet, mucho menos se atrevan a confiar en una persona como yo, soy una harpía asquerosa hija de puta, y eso no me causa conflictos internos de ningún tipo, sino todo lo contrario, lo veo como una preparación para tratar a todos los tipos de escorias que hay allá afuera. Dios sabe que no hay nada más inútil en esta vida que una persona con depresión, cuando el suicidio es tan barato y tan sencillo.
Ahora que estoy estudiando para mi examen final me percato que pierdo mucho tiempo en mis vidas falsas, me voy a ver en la necesidad de romper muchos corazones y evitar que se suiciden, no porque quiera lastimarlos, me gustaba hacerlos sentir bien, pero bueno, viven en una puta mentira, están ciegos y no van a poder aprender la lección de lo fácil que fue restañar sus heridas derivadas de superfluas necesidades humanas.
Como sea, espero y ustedes aprendan la lección, si alguna vez tienen problemas acudan con un profesional (que igual no hará una mierda, están todos bien pendejos) y procuren no andarse exponiendo en grupos de Facebook.
Muy bonita la experiencia y todo, pero the show must go on y este atractivo y perfecto joven sin problemas emocionales debe ocuparse de tratar los problemas de la vida real, como pasar mi puto examen de ingeniería química, esos sí son problemas, no tu marido que te engañó y luego se suicidó o tu mamá recién fallecida, esas son mariconerías, la resiliencia es lo único que nos vuelve genios en vida.
Espero que al leer esto te quede una gran enseñanza así como también agradezcas ser de mis amigos y no de las víctimas, porque los caminos del señor son misteriosos y nunca sabemos cuando te toque estar del otro lado de la pantalla frente a mí.
#PeaceOut.