Se murió «Modesto», la conocida y mítica jirafa que vivía en el parque de ciudad Juárez. Me da vergüenza mencionarlo porque tengo mucha gente en facebook que no vive en Chihuahua y posiblemente se estarán preguntando: «¿Qué vergas hacía una jirafa en un parque?», a lo que yo no tendría ninguna chingada respuesta que justifique eso, al menos no una que hable bien de mi raza ─por suerte no me interesa lo que la gente de este pueblo piense de mí, así que aquí les va entera─.
Seguro hay una historia detrás, una historia que nos cuenta el porqué dicha jirafa vivía en un parque, quisiera imaginar que fue porque la rescataron del narco ─así como los hipopótamos de Escobar─, tal vez la rescataron del algún circo, o sólo tal vez son pajas mentales que me estoy contando para no sentir el asco que siento día con día cuando tengo que hablar de mis coetáneos los Chihuawitas.
El tenerle amor a un animal está bien, pero el no respetar y entender las necesidades básicas de dichos animales es ignorancia en su estado más puro. Yo no leo mentes de jirafas, pero estoy seguro que darle chetos flamming hot y otros mugreros no es una dieta balanceada y/o correcta en las jirafas, no lo es ni en los humanos, no me imagino en una jirafa que ya de por sí tienen problemas tempranos en el corazón por bombear tanta pinche sangre a una cabeza que le quedó unos cuantos metros alejada del pecho.
Siempre he sentido repulsión por la gente que mete en jaulas a animales ─entiéndase por jaula cualquier cosa que no sea su hábitat natural─, en especial siento repulsión por aquellos que tienen pájaros en su casa o peces, ¿qué clase de pinche ser oscuro le haría eso a animales que necesitan kilómetros y kilómetros de espacio para poder vivir en armonía?, pinches degenerados.
Cuando era morro me mamaba ver los documentales del Animal Planet y Discovery porque los animales ─cuando era niño─ eran la versión real de pokémon, siempre que eres niño te gustan ese tipo de documentales porque estás descubriendo el mundo y no tienes idea de la gama tan amplia de animales que hay allá afuera, cada uno te maravilla, más te maravillan cuando los ves en sus respectivos ecosistemas, sin alteraciones, sólo con un camarógrafo del Animal Planet, discreto, oculto entre la hierba para no molestar.
Me da un poco de pena ajena saber que esa pinche jirafa vivió tantos años atrapada en un reducido espacio sólo para el placer enfermo del chihuahuense promedio, como si fuera una pinche mascota comunitaria.
No raza, el hecho de que la «gran mayoría» haga algo, es la principal señal que debemos notar para preguntarnos a nosotros mismos si lo que estamos haciendo está bien o está mal, es estadística pura y dura, es más probable toparse con pendejos en caminos transitados que en caminos completamente desolados, de hecho, en un camino donde sólo estés tú, la única probabilidad de toparte con un pendejo se reduce exclusivamente a tu persona.
No es una exageración mía, hablamos de una chingada jirafa que podría matar a tu perro de una patada, el hecho de que sea gigante no la hace menos especial, sino todo lo contrario.
Sal un poquito de tu burbuja y estudia las leyes de protección animal de otros países, en algunos está penado tener ciertos animales (como pescados y aves), incluso hay leyes de la superficie mínima que debes tener en casa e incluso en algunos lugares estás obligado a comprar varios especímenes para que los mismos no sufran de soledad y/o ansiedad.
¿Crees que en esos lugares permitirían tener una pinche jirafa en el parque?, claro que no, pero esto es México, vamos a darle capirotada y chetos a animales de de 5 metros, seguro que les maman, sobretodo porque esos productos tienen una etiqueta negra de advertencia de todo el mugrero que contienen, ¿10 kilos de sal en los chetos?, bueno, si los caballos lamen bloques de sal no veo el porqué esta jirafa no pueda chingarse estos chetos o un paketaxo morado.
Me pone triste su partida porque era algo icónico de la ciudad, pero también me alegra porque ya no vivirá tras las rejas y ya no tendrá que comer los mugreros de gente estúpida y déspota que sólo siente felicidad si va por la calle haciendo pendejadas.
Ojalá la vida los mate igual a ustedes:
─¿De qué se murió mi mamá, Doctor?
─Se tragó sola la bolsa de las chips moradas en la peda
─ ᵃ
¿Y saben qué es lo más divertido?, que los últimos statements son altamente probables, lol.
Todo lo que tenía que decir, espero sigan pasando un feliz mes del orgullo de chupar pitos, saludos.
