Hola, te escribo esto con las responsabilidad moral de ver a otros novios que cuando su pareja cumple años les dedican palabras bien lindas, llenas de te amo, poesía y toda una parafernalia que en lo personal siento que es mucha mamada, muy artificioso y bien automático porque es lo que toca.
Para tu muy mala suerte y aunque no soy del todo ignorante en la literatura que esos cabrones se roban, mi estilo a la hora de escribir y/o dedicar palabras no es como el de ellos y jamás lo será, a mí me gusta escribir tal y cómo hablo, tal y como me expreso, tal y como te lo diría a la cara, a la de mis amigos, inclusive ante la cara de Dios ─en el que tampoco creo─.
Las cosas deben decirse al chile, directas, siendo honestos, pero con la sabiduría ─aprendida con la edad─ de que lo que decimos no dañe a los demás, por suerte, debido a la fecha de hoy, es que aunque el discurso sea honesto, no debemos preocuparnos de pecar de exceso de honestidad, pues no hay nada malo que decir hoy, es una fecha para celebrar.
En alguna ocasión hablando con mi amigo Kevin en una de nuestras típicas caguamas banqueteras, tocamos el tema de las probabilidades matemáticas de que alguien pudiese encontrar a la persona indicada, creo que ya te había contado de eso.
Como sea, está la típica idea romántica de los idealistas de que a huevo hay alguien allá afuera, caemos en la trampa de que al haber tanto pinche humano allá afuera, es obvio que hay alguien que encaja para nosotros. Eso es completamente falso, sólo un porcentaje pequeño de la población habla el mismo idioma, luego se reduce más cuando hablamos de la posición geográfica, reduciendo a país, estado, ciudad, rancho, ejido, etc. A eso le podemos sumar el hecho de que la población todavía tiene ciertas ideologías, vaya, creencias que no son compatibles con nosotros, tradiciones, toda su idiosincracia, cada vez más y más se reduce el filtro, como cuando en ingeniería química debes filtrar algo en un proceso y vas pasando dicha sustancia por un filtro con agujeros todavía más pequeños hasta que encuentras el tamaño de partícula ideal, al final, de tu mezcla te queda un mínimo, sólo el producto de nuestro interés.
A eso todavía le podemos sumar toda la improbabilidad de la vida en sí, que si la necesidad de una estrella en el sistema solar, que si la distancia correcta para que se de la vida, que si capas protectoras para asteroides, la presencia de una magnetósfera, que si somos polvo de estrellas y la chingada.
Encontrar a una persona ideal, es… improbable, por más que lloren los que tengan que llorar y por más fe que depositen en sus dioses o en sus creencias, creyendo que allá afuera está la persona indicada, que si «hay más culos que estrellas», pues sí, pero el culo exacto ya es una historia muy diferente, pues las cosas cambian cuando se habla desde la necesidad o cuando se habla desde la satisfacción per se. Es muy difícil lograr hablar desde la satisfacción.
Eso me alegra, porque cuando antepones las matemáticas para realmente darte cuenta de que lo que vives es una improbabilidad, te sientes como si hubieses ganado la lotería, una forma extraña de ganarla, pero al final del día nadie te quita lo ganador, y eso yo soy contigo.
Que improbable es que todas estas condiciones se hayan dado para que una persona como tú naciera, con tu inteligencia, tu gusto por la química y otras cosas que también amo, la ciencia, el conocimiento y más. Tu gusto por bailar y que me estés obligando a hacerlo a pesar de mis nulos dotes, la probabilidad de que alguien tenga la capacidad de poder forjar sus propias opiniones y no por lo que otros dicen, la probabilidad de que alguien tenga esa sonrisa, y más cabrón: esos ojos que me dicen de todo y que me dan respuestas a cosas que ni siquiera me había preguntado.
Todo el conjunto es altamente improbable, y a pesar de eso… aquí estás, a mi lado, de alguna extraña forma que no puedo entender, porque cuando la probabilidad es baja, bueno, es cuando uno empieza a dudar.
No soy perfecto ni tan inteligente como muchos allá afuera dicen que soy, lo cierto es que estoy bien pendejo pero le echo ganas, tal vez más de las necesarias. A pesar de eso, con esa nimia inteligencia, es que puedo decir que te amo, tanto en la forma irracional como en la forma en la que al hombre le resulta tan imposible el entender el porqué siente lo que siente o hace lo que hace, y eso también me hace feliz, porque sé que cuando ando irracional, mínimo lo hago en los brazos de la persona indicada.
Estoy feliz de que hoy sea tu cumpleaños, porque un 28 de marzo es que se dieron las medidas y variables adecuadas para que tú hayas podido nacer, y por ende, terminaras estando a mi lado.
Te amo por eso, y te amo por ser tú, sé que no te gusta este día, porque hasta en eso te pareces a mí, pero pues de igual forma iba a escribirte algo, porque no voy a dejar que esos mamones que copian poesía me hagan sentir que yo no puedo escribir cosas a mi pareja sólo porque no me gusta robar palabras ajenas.
Espero y te la pases feliz en tu día, y si estas pocas palabras que pude sacar apurado sirvieron de algo, pues al menos no habrá sido un tiro a la nada. Si las mismas en algún momento de tu vida las recuerdas, sea a mí lado o no, y estas palabras, te sacan una sonrisa, entonces habrán valido la pena.
Lo interesante, como en todo, es que aunque tu existencia sea una improbabilidad, y lo nuestro aún más, es que al menos, si lo capturo en palabras, es que le damos eternidad a este pequeño y muy improbable instante.
Porque aunque yo ya no esté, aunque tú ya no estés, esto quedará registrado hasta el últmo segundo de vida del último ser humano vivo, después de eso, sólo será información…
Te amo.