Me ofende que Anaya cuestione algo tan inherente al ser humano como destruir su poca dignidad a través del etanol de las caguamas. Si Dios nos hubiese querido sobrios en los árboles crecerían biblias y centros de rehabilitación, ¿lo hace?, claro que no. Dios quiere que tomes alcohol, te cagues encima y llegues a golepear a tu familia, no que vivas bajo ese vil artificio que sacerdotes panistas te han enseñado para poder tener un descuento en la suscripción premium a la entrepierna de tus hijos.
Por estas fuertes aseveraciones por parte del Canaya sin justificación alguna, es que he decidido de nuevo no votar en las elecciones del 2024. Sólo lo haré en caso de que AMLO decida reelegirse, y claro, lo haré para votar por él.
Cabe señalar que yo no voté por AMLO las elecciones pasadas, pero dado que el hombre trajo mucha destrucción y muerte a su paso, lo cierto es que yo siempre votaré por aquél presidente que más mexicanos asesine (en especial si son del sur del país), so… #AMLO2024.
Es cierto, AMLO podrá ser un mal para todos los mexicanos, pero reducir la cantidad de mexicanos es un bien para el mundo, ergo, mi lado filántropo y cosmopolita me ha dictado que mi decisión es la correcta, como siempre, velando por el progreso de la humanidad y no bajo el asqueroso precepto de querer formar parte de algo sólo para sentirse especial, porque eso es lo único de lo que se puede sentir orgulloso el mexicano: de ser mexicano.
¿Significa algo?, no, pero siempre viven con la misma pendejada para subirse el autoestima.