Cita con el dentista

Diabetes, art... and Carb DM: Shiraz - Carb DM

Dejen les cuento una historia incómoda que recién he tenido que vivir:

Estaba feliz programando unos sockets cuando sonó mi alarma para recordarme que hoy tenía cita con la dentista. Empecé a preparar las cosas pues el día ya estaba algo apretado con pendientes, desde entregar algunos documentos, terminar unos programillas, hacer un circuito con arduino, cita con el loquero que me pagan ustedes, etcétera.

Mi dentista me dio cita para las 4:30, rumbo a dicho lugar iba con un poco de paranoia por el tema del virus, más que nada por cambios importantes en mi salud que he tenido los últimos días. Como sea, sorpresa mía cuando llego al consultorio y al parecer yo y otras 10 personas teníamos consulta a esa misma hora, lo primero que pensé fue un simple: «hija de tu puta madre, te voy a tumbar todos los dientes, total, eres dentista».

La preocupación por mi salud me hizo entrar en paranoia y ver a cualquier presente como posible foco de infección, cualquiera de esos inútiles era un posible atentando a mi vida, estaba preocupado. Soy una persona paciente, pero no desde que he desarrollado un caso serio de ansiedad y menos con paranoia inducida por los presentes.

Por suerte mi paranoia pasó a menos cuando al consultorio entraron dos chicas súper hermosas, planas, con lentes, mi mero mole. Uno que ya lleva años en este oficio puede identificar si una morra es bonita o no, con o sin cubre bocas, el cerebro es poderoso y puede reconstruir cualquier rostro, esas dos morritas eran bonitas, y luego si estaban con el dentista había un 99% de probabilidades de que fuera por brackets, o sea, más de mi mero mole.

Dejé de lado los pensamientos genocidas y empecé a fantasear con tríos en el baño del consultorio, de esas fantasías donde las estrellas contra el lavamanos y mientras te las estás cogiendo les vacías un bote entero de colgate en la boca, porque esto es en un consultorio dental y pues la fantasía de la cogida debe ser temática.

Pasaron las horas y el tiempo empezaba a terminar lo poco que tenía de paciencia (ya se habían ido casi todos los pacientes), empecé a tener problemas para respirar y a sudar por la ansiedad de estar allí, empecé a tener problemas para tragar saliva (no es nada malo, es mi pinche cerebro que ya no está funcionando bien). Cuando menos me di cuenta la asistente pendeja de la dentista pendeja me pasó a mi turno.

Empecé a respirar con una técnica llamada 911 que me enseñó el loquero hace unos meses y que sirve para que la cosa esa que tengo en la cabeza no se apodere de mí e intente asesinar personas con mis poderes de química o la violencia inherente que puede desatar una persona de 1.90m.

Justo cuando la dentista me abre la boca y activa esa máquina pulidora que sirve para poner brackets, ¡boom!, que se va la luz. El tiempo se para y me empiezo a marear porque todo el odio que llevo dentro no encuentra salida, sigo respirando con la técnica del 911 y siento como se mueve lento, sordo.

A lo lejos escucho como suenan las patrullas, muchas patrullas. Recuerdo que el loquero me hace pensar en cosas que me hacen feliz o que requieran mucho trabajo mental para evitar que me den esos ataques, procedo a imaginar que van un par de gemelas de unos 18 años llorando en la parte trasera de una ambulancia mientras los weyes esos a los que nunca les damos feria en los cruceros intentar hacer alguna maniobra de RCP. La madre muere por fallo respiratorio o algo así, era COVID, una de las gemelas grita: «¡No mamá, no nos dejes, ¿por qué a mí Dios?, ¿por qué a nosotras?». La otra hermana también llora y dice: «No te tocaba mamá, eres piscis, los piscis no pueden morirse de COVID».

Sonrío, saber que esas patrullas posiblemente transporten cadáveres y que eso causa dolor en personas es algo que me llena de paz, luego procedo a hacer un algoritmo de backtracking en mi cabeza para poder recuperar la respiración, no poder calcular la complejidad de espacio hace que me siga dando ansiedad, hay cosas que no puedo hacer mentalmente, esa es una de ellas.

Abro los ojos y todo sigue oscuro, la dentista me dice que su esposo le llamó, al parecer hay una fuga de gas y por eso cortaron la electricidad de emergencia, las patrullas sólo son las típicas que llegan en ese tipo de situaciones.

Me pongo triste porque mi fantasía sólo era eso: una fantasía. Luego mi cerebro se percata de que lo de la fuga de gas es mucho más divertido, es cierto que voy a morir, pero al menos mi cadáver quedará muy pegado al de las chicas guapas que seguía en la sala de espera.

Pasan los minutos y sigo luchando con mi problema para tragar saliva y respirar, en eso se escuchan personas en el pasillo y se ven unas luces, «a huevo, ya llegó el equipo de rescate, no moriré por la fuga de gas».

Resulta que eran las dos morillas guapas con las lámparas de su celular, con su enorme IQ de 90 la asistente pensó que sería buena idea que las morras me echaran la luz a la cara para que la dentista pudiese terminar el trabajo.

Esto no es sexy, esto no es una fantasía, los hombres no tenemos fantasías sexuales en las que las chicas nos echan luz en la boca para que una dentista pueda cambiar las ligas o pegar brackets, «sí amor, échame luz, si quieres luego podemos jugar a contarme los pelos del culo o me ves cagar un rato, tú dime que se te hace más sexy».

Mi voz interna gritó «¡No por favor!», pero la externa quedó muda como siempre, la respiración y el pulso empezaron a agitarse, estaba perdiendo el control de nuevo, decidí empezar a hacer cálculos, pero recordé que soy malo para hacer cálculos, así que mejor cambié el ejercicio para mencionar la tabla periódica y los pesos moleculares, que total, no estudié cinco años química en balde:

1 Hidrógeno, 1.007 unidades de masa atómica.

2 Helio, 4.002 unidades de masa atómica.

3 Litio, 6.9 unidades de masa atómica.

4 Berilio, 9, 02 unidades de masa atómica.

Cuando llegué al azufre no pude recordar la masa, luego recordé que en un examen de química analítica en la universidad presté la única tabla periódica que tenía porque una morrita guapa plana de lentes la necesitaba, allí está don pendejo, haciendo el examen de la materia más cabrona del semestre sin tabla periódica. Por suerte poseía unas técnicas que ayudaban a estimar esas cosas y además la maestra no se ponía tan mamona con el tema de la exactitud, no me fue bien, hubo algunos pesos atómicos que me saqué de los súper huevos, ¿quién iba pensar que iba a venir tantas veces el azufre?, get rekt son.

Me estaba riendo, volví a la realidad y las morrillas guapas seguían echándome la luz, ya me sentía con más calma, cuando la dentista cortó un alambre que fue a parar directo a la garganta, un lugar donde ya había una ilusión de estarse ahogando y de no poder tragar saliva.

El sonido que hice fue tan extremo que la dentista dijo: «Si quieres tomar agua», claro que lo hice, si no lo hacía posiblemente me iba a desmayar o algo así, ya estaba mareado.

La dentista terminó como pudo su trabajo, yo intenté sobrevivir a la ansiedad y las cosas oscuras que moran por mi cabeza.

Cuando me levanté la más guapa de las morrillas dijo: «me imagino que te sientes muy incómodo, amigo».

Pinche Einstein, ¿cómo te sentirías tú en la misma posición?, ¿qué te parece si te hacemos lo mismo pero desnuda?, claro que me sentía incómodo, por suerte la voz externa sólo dijo: «Lo bueno es que fue con el dentista y no el urólogo», todas se cagaron de risa, «voy por ti Franco Escamilla» ─ pensé.

Pagué los 500 varos que siempre me tumban, salí mareado del lugar, ¿era la fuga de gas?, mi cerebro no lo entendía, veía patrullas por todos lados, bomberos, los policías me veían raro.

Me subí al vive bus y empecé a tener de nuevo miedo por ser contagiado, me bajé y llegué como pude a mi casa, agarré aire, tomé un vaso de agua y me hice un test de glucosa, 268, 20 puntos por encima de los 248 que había visto el día anterior, 40 más del día anterior a ese… La cifra sigue subiendo.

Entro en paranoia, sabemos suficiente química para saber lo que significa, lo intentamos olvidar, intentemos sepultar el inminente sufrimiento que se aproxima, abrimos la computadora, abrimos nuestro IDE y nos ponemos a programar, esos sockets no se va a terminar solos.

Ya puedo respirar mejor.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s