Rumbo a los cien años de Asimov [21]: Donald Allen Wollheim.

Donald Allen Wollheim había nacido en 1914 y era el mayor de todos los Futurianos. Constituía el miembro más dinámico y dominaba la sociedad. Probablemente era el mayor aficionado a la ciencia ficción de todo el país, con la posible excepción de Forrest J. Ackerman, de Los Ángeles.

No era guapo, tenía una nariz bastante prominente y cuando le conocí también sufría (al igual que yo) un grave caso de acné. Sin embargo, poseía una autoridad innegable a pesar de ser tan serio como Cyril Kornbluth. En 1941 se convirtió en el director de dos revistas de ciencia ficción: Stirring Science Fiction y Cosmic Stories. Los recursos para su publicación eran muy escasos. En realidad no tenía dinero para pagar las narraciones y dependía de los compañeros Futurianos, que le suministraban el material que no podían vender. Incluso me pidió a mí un relato y le di uno que se llamaba The Secret Sense, que apareció en el número de marzo de 1941 de Cosmic. No lo había podido vender porque era realmente malo, incluso para mí, así que estaba dispuesto a contribuir con él, por amistad.

Pero F. Orlin Tremaine, que había editado Astounding hasta 1938, también había lanzado una nueva revista, Comet Stories, y pagaba la increíble suma de un penique por palabra. Me dijo que los escritores que cedían historias a las revistas que no pagaban ayudaban a que éstas quitaran lectores a las que sí pagaban. Dichos escritores estaban perjudicando a los demás y a la ciencia ficción en general y debían estar en una lista negra. Eso me asustó. Llamé inmediatamente a Wollheim y le pedí diez dolares por mi historia (0,2 centavos por palabra) sólo para poder decir que me habían pagado por ella. Wollheim me pagó, pero junto con el cheque me envió una carta muy desagradable.

Siguió haciendo grandes cosas. Escribió muchos relatos cortos, el primero de los cuales fue The Man from Ariel (Wonder Stories, enero de 1934), que fue publicado cinco años antes que mi primer relato. El que más me impresionó fue Mimic (Fantastic Novels, septiembre de 1950). También escribió varias novelas de ciencia ficción, la mayoría para jóvenes. No obstante, era evidente que, al igual que el legendario John Campbell de Astounding, prefería editar a escribir. Editó la primera antología de revistas de ciencia ficción, The Pocket Book of Science Fiction, en 1943. Fue editor de Ace Books durante mucho tiempo, donde realizó un trabajo estimable e innovador. Después fundó DAW Books, la primera editorial de libros de bolsillo dedicada únicamente a la ciencia ficción, y mientras lo hacía, ayudó a varios y buenos escritores contemporáneos en ese género.

En 1971 publicó The Universe-Makers. Era una historia de la ciencia ficción en la que trataba de desenmascarar algunos de los aspectos descabellados de la leyenda de Campbell. También hablaba favorablemente de relatos míos pertenecientes a la serie de la Fundación (de los que hablaré a su debido tiempo) y afirmaba que habían establecido el comienzo de la ciencia ficción moderna. Aunque yo no estaba de acuerdo con él en todo, acepté agradecido sus elogios y finalmente le perdoné el incidente de The Secret Sense. (Sí, soy susceptible a los halagos. Todo el mundo se da cuenta enseguida, sobre todo mis editores).

Don sufrió en 1989 un ataque de apoplejía que le inmovilizó gran parte del cuerpo, pero no su mente. DAW Books sigue adelante sin problemas bajo la dirección de su mujer, Elsie (su única mujer, un caso que a veces creo que es bastante sorprendente entre los escritores de ciencia ficción), y su hija Betsy.


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