
¿Ven este símbolo?, ¿saben lo qué es?, “El om” estará pensando algún pendejo. Pues no, este símbolo es con lo que en la sociedad distinguimos a las niñas enfermas del síndrome de la ravera apestosa. Son esas morritas que no recibieron educación musical básica en sus casas. Sus padres no les enseñaron a escuchar pink floyd, música clásica, un buen jazz o un buen rock clásico.
Llegaron a escuchar esa música años después, ya con la edad para andar cogiendo y andar metiéndose chingaderas, pero sencillamente no les gusta, “esa música no es lo suyo”. No saben ni lo más básico del solfeo de la educación secundaria, y claro, con dificultad podrían distinguir una escala dórica de una pentatónica mayor, o sea, palurdas e ignorantes, el tipo de gente que solo vino a la vida a decorarala, no a ser alguien.
¿Qué pasa cuando una persona no tiene educación en música?, pues piensa que los ruidos que hace su microondas son lo mejor que le ha pasado a la industria musical y al universo:
– ¿Es este microondas el mejor DJ que he conocido? – se pregunta la pendeja, mientras baila en la cocina.
Estas mujeres empiezan a fumar marihuana mientras leen pendejadas en internet sobre cómo los bmp’s controlan el flujo de su sangre y su chakra. Prenden el tostador mientras siguen inhalando hierba, ¿por qué no combinamos este sonido con un poco del ruido que hace el refrigerador? – piensa, la pequeña emprendedora musical.
El internet es un peligro, hace que gente muy pendeja tenga alcance a información que no puede ser procesada por IQ’s tan bajos, esto genera un cuello de botella en el razonamiento y al final terminan entendiendo mal todo, el clásico problema de la exégesis moderna.
Mientras la niña está tatuándose un om o un atrapa sueños, en su celular está leyendo historias bien cabronas sobre como el LSD y los hongos lograron que cierta gente hablara con Dios, y claro, todo mientras bailaban al ritmo de DJ Mojarra cósmica.
¿Es este el significado de la vida?, solo mira todos esos pendejos, sus vidas tan urbanizadas e intoxicadas por la farmacología moderna. Es obvio que yo, mi LSD, mis hongos y mis tachas, tenemos la respuesta a las cosas – piensa la estúpida.
Que triste que sean así las personas, que triste que encuentren ritmo hasta en el escape de una motocicleta. ¿Es este el próximo hit de Steve Aoki?, ¿Tal vez Alesso o Garrix?
Las personas que viven día a día en el mundo de la música electrónica-ravera realmente piensan que dicha música es una herencia de civilizaciones antiguas, ritmos prohibidos y sólo aptos para cerebros excelsos que puedan comprender la complejidad del cosmos.
– Oye amiga, ¿puedes ayudarme a integrar esta ecuación inegrodi…?
– No, mi cerebro no fue creado para hablar el lenguaje del universo, fue creado para hablar el universo.
– Woorale – pensé, que chava tan profunda.
Que asco que piensen que entienden el universo y que son uno solo con él, no lo entiendo ni yo que soy una verga, no lo entendió ni Hawking que era un Dios, lo vas a estar entendiendo tú mientras bailas toda sudada y apestosa en el EDC mientras te miran un chingo de weyes esperando a que te pongas más Gryffindor para violarte atrás de los baños portátiles del evento.
Que asco que sólo por escuchar música y leer pendejadas en internet pienses que debes tener balanceado todo en esta vida, en especial el lado “espiritual”.
Que triste estar enfermo del síndrome de la ravera apestosa (o del ravero, también los hombres se contagian).
En fin, me voy… Sólo quería compartir el asco que siento por la gente inferior.
Saludos.