¿Saben lo que es el ónfalo?, ónfalo (omphalo) es una palabra griega cuyo significado es «centro» y/o «punto medio», por eso el ombligo también en esos idiomas es conocido como ónfalo, es decir: El punto medio del cuerpo. ¿Por qué crees que el movimiento quirúrgico de cortar el cordón umbilical se llama onfalotomía?, todo tiene su razón de ser.
Todo esto viene de la mitología griega, se supone que Zeus quería saber dónde carajos era el centro del mundo, para ello puso a volar a dos águilas en direcciones opuestas. Dado que ambas iban a la misma velocidad… Asumo que ese fue su pendejo y muy divino razonamiento, porque claro, todas las águilas vuelan a la misma velocidad, así como todos los humanos corren a la misma velocidad… Como sea, dado que iban a la misma velocidad, esas águilas tendrían que encontrarse en algún punto, y bien, ese sería el centro de la tierra.
Allí Zeus puso una piedra con unos diseños muy guapos, esa piedra recibe el nombre de ónfalo y es la primera piedra que más tarde se usaría para edificar el templo de Apolo, también conocido como el oráculo de Delfos.
Esa bonita historia es la que usaron los griegos para designar al oráculo de Delfos como el centro del mundo, lamentablemente ellos no tenían sistemas GPS como los tenemos ahora, los números y la tecnología han dado el dictamen final: El centro del mundo es Chihuahua (Parral, tengo entendido). Redoblan las campanas, la teoría Chihuahuacentrista es la boga en todas las reuniones, reconocida por los medios de comunicación y por los prestigiosos círculos de académicos.
Chihuahua es ese puto lugar de mierda donde un medio de comunicación y las redes sociales tienen más poder que cualquier autoridad, es realmente donde la noticia tiene un factor democrático, no algo basado en los hechos. Decía el célebre detective S. Holmes: «Es un error capital el teorizar antes de poseer datos. Insensiblemente, uno comienza a deformar los hechos para hacerlos encajar en las teorías en lugar de encajar la teoría en los hechos». Aquí en Chihuahua eso no existe, somos el centro del mundo, aún sin la media luna en nuestra bandera somos considerados cuna de la civilización y de todo el conocimiento. Si alguien dice en una red social que tú eres un pendejo, ten por seguro que lo vas a ser, no importa si tus conocimientos, cociente intelectual o longitud de verga pregonan todo lo contrario, una vez en la mira del chihuahuense ya no hay forma de que escapes de ellos.
El último estudio del INEGI dijo que Chihuahua era el lugar con más alfabetización, es decir; más allá al norte o sur del centro del mundo; las cosas son mucho peores.
Chihuahua es ese lugar donde nace la posverdad, así es, nosotros la inventamos. Sólo en caso de que no seas de Chihuahua, y por ende, seas lo que denominamos «un puto ignorante»: La posverdad es esa mierda en la que la verdad es distorsionada para amoldarse a la opinión pública.
Aquí en Chihuahua cualquier cosa puede ser titular en los medios de comunicación. Por allí dice una frase famosa de Facundo Cabral: «Le tengo mucho miedo a los pendejos, porque son muchos y pueden elegir un presidente».
¿Captas el factor de riesgo?, si antes podían escoger un presidente (cosa que me importa poco porque Chihuahua no pertenece a México), ahora pueden escoger la verdad de los hechos sirviéndose del abundante plato de la posverdad.
¿Dos y dos son cuatro?, no si el chihuahuense dice lo contrario, la palabra «teorema aquí no tiene significado».
¿Crees en el alunizaje?, si el chihuahuense dice que no, lo siento, eso nunca pasó.
¿El dólar tiene un valor mundial?, lo siento, el chihuahuadólar vale más, el paraíso de la numismática se esconde en este desierto. Chihuahua puede decidir el valor del dólar (a pesar de que es un delito), puedes ver los carteles de muchas tiendas con las clásicas leyendas: «No te acepto dólares porque mis pinches huevotes lo dicen», o mejor aún; «aquí el dólar vale 10 pesos, no me importa si está en 20».
Chihuahua es ese lugar donde cualquier tipo de idiosincrasia es rechazada, ya sea extranjera o que haya nacido dentro del mismo imperio, si piensas diferente o te comportas diferente, ¡cuidado!, vas a pagar caro, te vamos a perseguir hasta que nos tengas miedo, o en el mejor de los casos: Hasta acabar con tu vida, vamos a demostrarte de una u otra forma que somos mejor que tú y todo tu puto linaje.
Chihuahua es ese lugar donde el avistamiento de una luz en el cielo se vuelve viral en minutos.
—¡Es un meteorito —dice el primer valiente.
—Es un ovni —dice el chihuahuense paranoico.
—Es el lanzamiento de un satélite —dice el ignorante y muy desinformado medio de comunicación extranjero.
Sin esperarlo, llega la mejor y más lógica teoría de todas:
—Es una bruja, de esas madrez hai un shingo en mi rancho, son bolas de lumbre, puedes verlas aunque haiga mucha luz.
Vuelven a redoblar las campanas, la verdad se ha escrito en la sección de comentarios de cualquier periódico digital. Si piensas lo contrario debes correr por tu vida.
Así como explicamos fenómenos naturales podemos explicar toda la vida de una persona.
Extra, extra: ¡La presidenta Maru Campos está bien pendeja!
Extra, extra: ¡Eso es obvio, parece que no fue a la escuela!
Extra, extra: ¡No!, de hecho no fue a la escuela.
Extra, extra: ¡Si filtra el certificado falso de Maru Campos!
Extra, extra: ¡Maru Campos involucrada en falsificación de documentos!
Extra, extra: ¡Maru Campos destruida en rueda de prensa!
Extra, extra: ¡Maru Campos destituida de su cargo!
Extra, extra: ¡Triunfo de Chihuahua sobre la ignorancia de Maru Campos!
Es así, a cada minuto, cada segundo, a cada instante. El conocimiento verdadero es el de Chihuahua, el puto monopolio de la verdad. En Chihuahua un día es noticia el ver un Ferrari en la avenida principal, ¿qué es extraño objeto?, ¿te crees mejor que yo por tener un Ferrari?, te voy a matar hijo de puta.
Al otro día la noticia principal es un pobre joven que dio su punto de opinión.
Extra, extra: ¡Joven psicópata no piensa como nosotros!
Sin darte cuenta ya estás en el centro del coliseo, tú contra todo Chihuahua, el César gesticula el Pollice Verso, todo el mundo aclama por tu cabeza, todo el estadio tiene piedras en la mano, todas esas piedras llenas de moral están por rectificarte el camino acabando con tu vida, en sus cuellos cuelga una extraña letra «T» que los hace mejores personas que tú.
Un Jesucristo sale de la tribuna y dice que perdonemos la vida del joven, no es su culpa no ser parte de la posverdad, que aquel que sea libre de pecado lance la primera piedra. Al instante el Jesucristo muere lapidado.
Extra, extra: ¡Jesucristo pide a gritos ser asesinado por piedras, se cree que le otorgaba placer sexual!
Chihuahua vuelve a matar a uno de los suyos, tú agachas la cabeza, no tienes miedo de ser asesinado, estás esperando a que el verdugo escuche la orden del pueblo, te sientes en la película de Corazón Valiente, eres tú otro William Wallace, estás esperando gritar: ¡Libertad!
En eso… Algo capta la atención del pueblo.
No puede ser, es el vídeo de un perro pug bailando reggaetón, por si fuera poco a los minutos sale la noticia de que una vaca paró el tráfico en una de las avenidas principales.
Chihuahua es como un gato jugando con un estambre en el suelo, está concentrado hasta que una corriente de aire hace que se mueva otra cosa, el gato se abalanza sobre ella, el estambre pasa a segundo plano.
Chihuahua es el imperio del déficit de atención, das gracias a Dios por ello, te ríes entre dientes, burlándote por dentro del final del pobre Jesucristo que abogó por ti.
Miras las noticias al día siguiente, al parecer un campesino violó a su hija con una pala, el pueblo busca su cabeza con antorchas y palos.
Te vuelves a reír, es una risa incómoda, recuerdas que siempre es gracioso, bueno, eso hasta que eres tú el que está entre la espada y la pared, o más bien: En el ónfalo de toda la ignorancia de un pueblo.
#PeaceOut.
[…] La realidad es todo aquello que se interpreta de los hechos, esto nos lleva a creer que hay múltiples realidades basándonos en las distintas interpretaciones. Lo importante es obvio: Entre más poder y/o recursos poseas, tu realidad puede imponer y transformar la realidad de los demás, más no los hechos (a excepción de lo que hablábamos ayer con el tema de la posverdad). […]
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