Ponte a pensar que hace miles de millones de años, millones de moléculas de hidrógeno estaban en el basto universo y empezaron a formar gigantescas nubes muy densas. Un día algún movimiento hizo que dichas moléculas estuvieran aún más pegadas y así la fuerza de gravedad empezó una aglomeración de estas moléculas de hidrógeno, una atracción en cadena que iba atrayendo más y más moléculas de hidrógeno a través de todo el universo.
Entre más crecía esa nube más atraía moléculas de hidrógeno, y no sólo eso, al poseer mayor densidad de masa, más fuerza ejercía la gravedad sobre las moléculas de hidrógeno, tanto así hasta el punto de acelerarlas de una manera considerable, cada vez se movían más rápido y con ello la temperatura aumentaba, convirtiendo la energía potencial gravitatoria en energía cinética, entre más se hacía grande la nube de hidrógeno mayor temperatura experimentaba el núcleo ─la parte más densa─, el proceso sigue por miles de años hasta que se forma lo que conocemos como «protoestrella».
Entre más pasan los años, la estrella se comprime y dependiendo de la masa puede formar un planeta tipo júpiter (un gigante de gas), pero, en caso de que tenga la suficiente masa, al experimentar tan ingente comprensión, la temperatura sube tanto como para iniciar una reacción nuclear de fusión en el centro de la protoestrella, así es, una vez que la masa se comprime tanto hasta el punto de alcanzar el millón de kelvin, inicia la fusión de las moléculas de hidrógeno, dando así paso a los primeros isótopos de hidrógeno dentro de la estrella, los isótopos de deuterio y tritio, siendo estos últimos el «combustible» de la estrella, generando reacciones en cadena de fusión, una fusión que irradiará energía en todo el basto universo ─el sol es un ejemplo─.
Esta estrella seguirá viviendo y creando diversas reacciones, por ejemplo: Cuatro hidrógenos al alcanzar la energía de activación nuclear, formarán un átomo de helio, dos positrones, dos neutrinos y toda la energía resultante de la reacción será emanada de la estrella en forma de luz ─fotones─.
Dicho mal y pronto: Las fusiones siguieron hasta ir formando otros tipos de elementos: Helio, carbono, oxígeno, sodio, berilio, etc. Sólo por mencionar algunos de toda la puta tabla.
Las reacciones seguirán hasta que la pequeña perra se quede sin hidrógeno que fusionar. La presión gravitatoria será mayor a la presión que antiguamente ejercía el núcleo de la estrella debido a las reacciones, la estrella se comprimirá tanto y sus moléculas estarán tan pero tan pegadas hasta (por decir algo): Convertirse en un agujero negro (en caso de una compresión extrema) o explotar y a tomar por culo.
Al morir, ese polvo estelar (elementos más «pesados» que el hidrógeno) se esparcirá por todo al universo hasta el punto de que se repita el proceso de aglomeración debido a la fuerza de gravedad, pero en vez formar estrellas formará planetas, como la tierra por ejemplo.
Ponte a pensar que aquí en la tierra casi por arte divino empezó la vida formándose a partir del mismo polvo que habían arrojado esas estrellas, y no sólo eso, la vida misma utilizó dicho polvo para generar otro tipo de cosas.
Los elementos se combinaron a través de reacciones en sus últimas capas electrónicas para formar moléculas, moléculas que para alcanzar mayor estabilidad deberían liberar energía.
Esta energía a través de una reacción de combustión fue utilizada para convertir energía térmica en movimiento de vapor a través de motores de combustión externa, dicha transformación tenía como resultante energía mecánica, o bien; energía eléctrica.
Dicha corriente eléctrica es el «movimiento» de electrones a través de las capas más externas, todo este «movimiento» ocurre en cientos y cientos de vueltas de cable de cobre dentro de un transformador que, por inducción, generará una corriente aún mayor para poder ser trasportada desde la central eléctrica a tu casa sin sufrir muchas pérdidas.
Una vez la electricidad en tu casa, pasará a través del cableado interno hasta llegar a tu televisión, donde al pasar por un regulador (en algunos casos) y un circuito rectificador se convertirá en corriente directa que será utilizada para su correcto funcionamiento.
Uno de ellos la recepción de señal de televisión.
Este polvo de estrellas transformado en energía eléctrica y radiación electromagnética en la recepción, estará presente en tu televisión excitando el material en la pantalla para generar más y más espectro electromagnético en forma de luz.
Dicha luz llegará de la pantalla a los bastones y conos de tu ojo (células), en estas últimas células, la luz excitará más polvo de estrellas en unas moléculas llamadas eritropsina, cloropsina y cianopsina.
Es decir; la reacción electroquímica debido a la luz volverá a generar impulsos eléctricos en tu ojo que viajarán a través del nervio óptico hasta llegar al cerebro. En dicho lugar el impulso eléctrico excitará el lóbulo occipital y éste mandará una señal de respuesta a través de rutas sinápticas hacia todas las partes del cerebro.
Ellas responderán a través de más impulsos eléctricos en los neurotransmisores para dejarte algo muy claro a través de la desconocida conciencia: «Estas imágenes que estamos viendo en la televisión ya las hemos visto antes».
En eso alcanzarás un nivel más elevado de conciencia, y sí, eres tú viendo de nuevo el debate de los candidatos a la presidencia de México contándote las mismas mentiras de siempre e intentando verte la cara de pendejo.
Mientras sigues mirando el debate se vuelven más recalcitrantes dos ideas en la conciencia:
1.- No debería estar aquí, debería estar salvando el futuro de mi carrera universitaria.
2.- ¿Por qué debo votar por un candidato que seguro no es más inteligente que yo?
Antes de siquiera argumentar algo a una de esas dos ideas sólo te callas, tomas tu cerveza y le das un trago, esperando que el etanol en la misma alcance el cerebro y te haga olvidar ese estado de conciencia de que somos polvo de estrellas.
¿Polvo de estrellas?, sí, pero polvo desperdiciado.
*Vuelve a tomar de su cerveza*
#PeaceOut