Dedicado a las mujeres el 8 de marzo aunque la hagan de emoción y digan que no es una fecha para andar haciendo cumplidos y lo que debería hacer es fomentar la igualdad y no sé qué tanta mamada, chingan a su madre, yo hago lo que quiera, soy mitad mujer también.
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Vengo de una mujer mitad madre y mitad padre. Una mujer me dio la cualidad de pensar, ipso facto y sin pedirlo, hizo que la amara prescindiendo de mi capacidad para pensar, no sólo a ella, sino a la mujer que también a ella le dio la vida.
No vine solo, mi madre trajo a otra mujer a la vida para que me hiciera compañía, en las buenas y en las malas, mi hermana.
No pasaron muchos años y me convertí en el único hombre de la casa, con la (créeme) ardua tarea de cuidar a tres mujeres: Mi madre, mi hermana y mi abuela.
Muchos hombres piensan que las mujeres son «difíciles» de entender, ¿eso crees?, yo he tenido que observar y entender a las mujeres en sus 3 estados: En la juventud, en la madurez y en la vejez, de la cuna a la tumba.
Te puedo decir que las mujeres entre más van creciendo más van cambiando su forma de pensar, sus cualidades, pero no, no son difíciles de entender, es cierto, entenderlas requiere su trabajo, pero no más que las matemáticas, no más que la física, no más que la química, al final del día las mujeres son otra ciencia más, la más humana y bella de todas.
Podría escribirte un libro sobre lo que es ser mujer o cómo entenderlas, pero me resumiré a lo más importante que he aprendido en estos 25 años de vida de tener que lidiar con el enemigo:
Ser mujer es estar de mal humor por los cólicos, vomitar y no querer hacer nada en todo el día.
Ser mujer es preocuparte de, tal vez no verte en la mejor forma, pero siempre verte bien, no para los demás, para ti misma.
Ser mujer es emocionarte hasta las lágrimas cuando Luis Fernando se besa con María la pobre criada en el final de la novela.
Ser mujer es llorar en cualquier película en general.
Ser mujer también es no llorar para demostrarle al mundo que vas contra el estereotipo de mujer emocional.
Ser mujer es casi asesinarte con la varilla de metal que tienen los sostenes.
Ser mujer es tener que decidir con extremo cuidado tu marca de toalla femenina o tampones.
Ser mujer es tener infecciones vaginales por cualquier pendejada, sólo porque sí.
Ser mujer es tardar 12 horas en comprar el vestido adecuado, el que alguien en algún lugar del planeta hizo pensando en ti.
Ser mujer es pasar por crisis de todo tipo: Si estás más gorda, si estás más flaca, si no tiene suficientes senos, si no tienes suficiente culo, si no tienes suficientes caderas, si no tienes suficiente dinero, si no esto, si no el otro.
Ser mujer es intentar enamorar a un hijo de puta que igual te va a terminar rompiendo el corazón.
También ser mujer es recuperarte de eso y tener el don de seguir amando sin rencores.
Ser mujer es tener la cualidad de amar de la forma más pura sobre todas las cosas.
También (y por más que digan que no), ser mujer es tener un don para perdonar.
Ser mujer es no poder abrir una botella apretada y tener que recurrir a la ayuda.
Pero ser mujer también es poder hacerlo sola en caso de no haber nadie.
Ser mujer es manchar la cama de sangre cuando empiezas a menstruar.
Ser mujer es tener que pasar por los accidentes de mancharte en lugares públicos y tener que devolverte a tu casa.
Ser mujer es estar lavando esa ropa a escondidas por la noche.
Ser mujer es desvelarte preocupándote por los que amas.
Ser mujer es sentir placer de alimentar a los que amas.
Ser mujer es a veces no poder más.
Pero ser mujer también es el sorprendente acto de poder seguir adelante.
Ser mujer es vivir en una sociedad que te ve menos por ser mujer.
Ser mujer es vivir en una sociedad que te va a pagar menos por ser mujer.
Ser mujer es tener menos oportunidades.
Ser mujer es sufrir acoso, violencia, maltrato, desprecio, limitaciones y un recalcitrante ataque a tu libertad.
Pero…
Lo que más he aprendido de ser mujer es que ellas cambian al mundo por el simple hecho de ser mujeres, son la bondad y el camino correcto, nuestro faro de Alejandría, nos guían con más confianza y brillo que la estrella del norte.
Lo más sorprendente de ser mujer es que a pesar de las desventajas siempre salen adelante, pueden con eso y con más, es cierto, tal vez hemos tardado años en ver que son iguales a nosotros y todavía estamos en vías de desarrollo, pero, estamos equivocados, en lo personal: Para mí son mejores.
Yo le debo todo lo que tuve, lo que tengo y lo que tendré a mis 3 mujeres, a mis 3 estrellas, a mis 3 guías.
Como dije, podría escribirte un libro sobre lo que es ser mujer, pero lo voy a resumir con una pregunta más sencilla: ¿Qué no es ser mujer?
Y la respuesta será la nada, porque ser mujer lo es ser todo.
Velo por la igualdad y velo por un mejor mañana para ellas, velo por tener energía para un día lograr cambiar al mundo, y así, con cada sonrisa que pueda lograr en la vida de las mujeres que hoy no tienen lo que merecen, pagaré tan sólo una pequeña parte de la eterna deuda que tengo con los 3 pilares que sostienen no sólo mi casa… Sino mi vida entera.