Imagina que eres una mujer genio, eres pelirroja, estás súper bonita, estás bien buena y eres astrofísica. ¿Qué haces?, pues no importa lo que hagas, la descripción ya nos dice de entrada que de manera forzada algo malo debes tener por dentro.
Ya sea cáncer, alguna enfermedad de transmisión sexual o incluso la no siempre mal recibida sorpresa de que seas hombre, pues no, va mucho más allá, la BBC y el escritor de la serie (Neil Cross) apostaron por algo más elevado: Volver «psicópata» a su principal personaje secundario.
¿Secundario?, pues sí. La historia de Luther gira entorno a John Luther, también conocido como Heimdall, el guardián de Asgard en las películas de Thor. Resulta que en sus tiempos libres el centinela asgardiano deja de cuidar el bifröst para resolver crímenes en la Inglaterra contemporánea, claro, sin sus capacidades de onmividente porque eso sería hacer trampa.
Luther es la clásica serie que sigue la misma narrativa que una novela policiaca y/o novela negra. El detective se encarga de resolver crímenes atroces y de llevar a los culpables tras las rejas.
Aunque de éste tipo de series hay cientos, algo que hace particular a Luther es el hecho de que por alguna extraña razón nadie la recomienda y tampoco destaca dentro del género que le corresponde.
Pero no sólo eso la hace original, la serie en sí tiene a un elenco de personajes demasiado curiosos, allí está Alice Morgan, que no sólo le bastaba con ser pelirroja y no tener pecas, tenía que ser un genio criminal y astrofísica.
Luther conocerá a Alice y será el principal «antagonista», y bueno, lo que pasará es algo que te va a dejar con la boca abierta.
A pesar de que la relación Alice-Luther a mí me bastaría para ver la serie, la joya nos da más cosas:
Escenas innecesariamente violentas, sexo, violaciones, secuestros, comedia y mucho, pero mucho suspenso. Todo esto ambientando en los gélidos colores que por alguna extraña razón tienen todas las series inglesas producidas y transmitidas en la BBC.
Tampoco es una obra maestra como The Wire, pero créeme, vale la pena darle una checada, no tiene puntos débiles. Por si fuera poco tiene pocos episodios, sólo son 16 repartidos de la forma más extraña posible en 4 temporadas.
Hay algo que yo siempre he odiado de las series de éste género, y es precisamente que le metan cosas que no son del género para dar un poco de trasfondo en la personalidad de los personajes.
Por ejemplo: A mí no me importa la relación amorosa homosexual que hay entre un par de detectives. Tampoco me interesan los conflictos emocionales que ellos deberían afrontar para poder resolver el crimen de forma correcta, que se jodan.
A pesar de ello, si tú también eres de esos a los que éste tipo de situaciones le generan bastante grima, pues sorpresa, Luther no será una de esas series.
Cada escenario, cada relación, cada conversación y cada romance pendejo que pareciese no tener ninguna relevancia para la trama, es nada más y nada menos que un arma de Chéjov, y claro, la misma tarde o temprano será disparada hacia el televidente para tenerte comiéndote las uñas, la verga o lo que sea que tengas a la mano.
La serie la compró Netflix hace poco y la puedes encontrar allí, y eso es bueno, en una plataforma donde pululan los pendejos que defienden cosas como OITNB, Grey’s anatomy y sense8, Luther será el elixir necesario para expiar tus ignominiosas e impías tendencias hacia las historias con tramas para adolescentes confundidos.
Yo la recomiendo, además yo siempre invito a mis lectores a que sean los referentes de las referencias. En la serie encontrarás cosas curiosas como los lineamientos correctos para plantear un escenario de crimen-causa, la técnica del cut-up de David Bowie para hacer canciones, y por razones obvias: Las técnicas de interrogatorio empático sacadas de los journals del FBI.
Venga, que todo lo tiene, dale una oportunidad en tus ratos de procrastinación.
#PeaceOut.
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