Lo sé, tal vez estarán pensando: «¿Y eso qué Efraín?, ¿Qué tiene de especial tener pesadillas?, las pesadillas son normales, todos tenemos pesadillas».
Y es allí donde se equivocan amigos míos, para los que no sepan, yo no tengo pesadillas, esto por la sencilla razón de que yo no le tengo miedo a nada, yo me considero la perfección en cuanto a miedos se refiere. No le tengo miedo a la muerte, no le tengo miedo a perder un ser querido, no lo tengo miedo a los payasos, no le tengo miedo a las arañas, no le tengo miedo a que me de cáncer o alguna enfermedad terminal, y no le tengo miedo a una larga lista de miedos pendejos que tiene la gente. Bueno, eso es lo que creía.
Tal vez el hecho de que yo haya tenido una pesadilla fue por culpa del último episodio de Rick and Morty, un episodio en el que Rick hace que Morty recuerde ciertas experiencias traumáticas, no sé, tal vez fue esa la razón por la cual mi mente me hizo esta mala jugada.
Creo que debo iniciar este texto siendo lo más honesto posible:
Tal vez no lo sepas, y yo sé que me esfuerzo por aparentar todo lo contrario, pero la verdad es que soy una mierda de persona. He lastimado y hecho cosas muy malas a personas de todo tipo, desde personas insignificantes hasta personas peligrosas, así soy yo, siempre siendo una diva, siempre viviendo al extremo. Te sorprenderías de la cantidad de historias pendejas y anécdotas que he coleccionado a través de los años, estoy seguro que pasarías un desagradable pero muy entretenido rato escuchándolas.
Como sea, a lo que vamos: Hoy soñé con mi ex.
Tal vez creas que soñar con una ex no tiene nada de malo, pero no, yo la soñé en un contexto demasiado específico.
No es normal que yo sueñe con mi ex, sólo mis pocos amigos conocen a mis ex novias, de hecho no todos mis amigos conocen la larga lista, algunos ni en persona las han conocido, sólo son enormes leyendas de historias increíbles que yo les he contado. Y no es que yo me avergüence de ellas o algo, sólo que soy muy bueno escondiendo mi pasado, un maestro del crimen.
Acceder a las memorias completas de mi ex no es fácil, así como una persona sin miedo también me considero una persona con una psique perfecta, inmaculada, prodigiosa.
Puedo simplemente meter todos esos recuerdos bonitos y pendejos en una bóveda para no tener que estar sufriendo por esas mierdas de relaciones y las consecuencias psicológicas que las mismas conllevan. Tengo un método psicológico que yo mismo desarrollé para superar relaciones, sólo se trata de sufrir dos días y después ser completamente libre. Algún día lo venderé en algún libro, de momento que se jodan los débiles, yo no vine a ayudar a los maricas a través de mis textos y mis métodos.
También cabe destacar que las memorias que confino en esa parte de mi cabeza son unas a las que yo mismo tengo dificultad para acceder, debo poner mucho esfuerzo para sacarlas todas sin que se me vengan encima e intenten auto boicotearme.
Como sea, recordar a mi ex novia hizo recordar uno de esos miedos que tenía guardados, el cual es uno demasiado sencillo: Miedo a que me alcance el pasado.
Como dije, cada vez que haces una cosa mala en algún lugar debes tener muy en cuenta que esas cosas tarde o temprano te perseguirán, la mejor manera de evitarlo es asesinado todo rastro de tu existencia, matando a esas personas, amenazándolas de muerte, etcétera. Trucos básicos de toda persona que se respete un poco y sepa cómo cubrir sus huellas.
El problema es que yo soñé con un detalle que se me escapó de las manos, una de esas cosas que sólo recordarla avivó aquello de lo mucho que temí durante aquél tiempo en que lo viví.
Así como también tuve una novia, tuve un celular, pero era un celular al que no le daba importancia, lo usaba sólo para el trabajo, comunicarme con mi patrón y esas cosas para las que las personas usan el celular. En aquél entonces no eran ni por asomo la mitad de poderosos que son el día de hoy, no eran nada. Es más, creo que ni existía whatsapp y esas cosas.
Lo que sí existía era la mala combinación que genera una novia, un celular con cámara y esta naturaleza llena de libido y corrupción de inocencia que me caracteriza.
No es que yo sea un degenerado, pero todos los hombres hemos soñado con ser actores porno, bueno, sí, soy un degenerado, pero todos los hombres lo son.
Cuando eres joven no piensas en las consecuencias de tus actos ─tampoco de adulto─, así que ella y yo nos divertíamos grabando ciertas cosas con el celular, ciertas cosas que no son el tipo de cosas que le contaría a mis hijos, bueno, sí, pero no con su madre presente.
Total, no quiero hacer el cuento largo, a pesar de que ese celular era una mierda iba cargado con una ingente cantidad de porno amateur de la más alta calidad. No te miento si uno que otro vídeo mío pudo haber sido galardonado con un premio Emmy. No por nada soy de los pocos que pueden seguir haciendo chistes mientras se la maman o cosas así, yo no pierdo la cabeza señores, yo soy objetivo, soy un profesional en esto del mame.
¿Y qué tiene esto de malo?, bueno. Como yo no usaba el celular tenía la mañana de siempre guardarlo en la mochila. Un día dejé la mochila en el carro de un tío y alguien la robó. Se robaron mi mochila, el celular, mi laptop y hasta mi cartera con los 2500 pesos de sueldo que recién me habían pagado. Una verdadera patada en los huevos.
Claro que me deprimí. Le conté en aquél entonces a mi novia la situación, y claro, no le dio mucha importancia. De hecho, yo tampoco le di mucha importancia, obviamente tengo un respaldo de todos los vídeos, pues si no estoy pendejo (jejejejeje).
Como sea, así como sucede con todo el amor verdadero, dicha relación llegó a su fin. No diré el nombre de mi ex novia por el respeto que tengo, pero su nombre rima con «hija de su puta madre».
La relación no terminó bien y amenazó con castrarme y sacarme las entrañas en la primera oportunidad que tuviera. El hecho de que hoy te escriba esto es que tal vez ya se le pasó, o bien, no ha tenido la oportunidad.
Y es allí donde se generó mi miedo: ¿Qué pasó con el celular y todos mis vídeos?
Todos los hombres vemos pornografía, todos. Por más que digas: «Pues no, mi novio coge mucho conmigo y no tiene necesidad, mi novio es un ángel». ¡Qué chingados!, de seguro ve más, lleva tanto tiempo cogiendo contigo que posiblemente ya lo aburriste, ya se excita viendo más vídeos de enanas o de abuelitas que viéndote a ti desnuda, lo siento amiga, esa es la puta realidad. No importa que tan buena estés, no te eximes del concepto monotonía y todo lo que el mismo conlleva, ¿por qué crees que los novios mandan relaciones y matrimonios de muchos años a la mierda de forma tan sencilla?, sí, yo sé, putos hombres, pero bueno, ese es el precio que debemos de pagar por ser más listos que las mujeres.
Como sea, ¿sabes lo horrible que es entrar una página pornográfica con el miedo de toparte tu vídeo?, o sea, imagina que estás en tu cuarto, bien caliente, con la verga en la mano, scrolleando los vídeos e intentando encontrar el más nasty, ese tipo de vídeo que después de masturbarte pienses: «No mames, soy un puto enfermo de mierda».
Entonces, de la nada, allí estás tú, echándoselos en la cara a tu ex novia y diciendo: «Imagina que es tu bautizo, hoy te voy a cambiar el nombre ¡mijaaaaaaaa!, como en la rola Joan Sebastián, ¡agggg!».
Ese es uno de mis pocos miedos. Porque sé que algún conocido lo vería, lo descargaría y lo pasaría a mis otros amigos, luego se volvería viral, llegaría a manos de mi exnovia y la misma emprendería una búsqueda para asesinarme y para que le devuelva su antiguo nombre.
No voy a poder ver porno en buen raro sin este miedo amigos, todo por culpa de una pesadilla.
Dios me agarre confesado, Dios perdone todos mis pecados, Dios perdone mi carrera trunca de actor porno y comedia amateur.
Señor, ante ti encomiendo mi alma.
Amén.
#PeaceOut.