Creer en Dios no tiene nada de malo, de hecho hasta cierto punto está muy bien. La fe es bonita cuando se tiene en cantidades no tóxicas para el organismo. La fe te hace sentir bien, es como ciertas drogas, no tiene nada de malo si no abusas de ella.
Yo no tengo ningún problema con la gente de religión, de hecho hasta cierto punto les tengo envidia de la buena, que bonito debe sentirse tener esa mierda dentro que te hace creer en Dios, Alá, Zeus, Santa Claus y en que la selección mexicana ganará el mundial, debe ser hermoso.
Yo no puedo sentir ese tipo de mierdas sin sentirme hipócrita, así soy yo, alguien que siempre está consciente de sus actos, y dado que tengo problemas para adaptarme y entender lo que ustedes conciben como «bueno» y «malo», pues peor aún.
A mí lo que me molesta es que las personas religiosas dependan de Dios para absolutamente todo, ¿desde cuándo son tan inútiles para estar vivos?
«Estudié para el examen, no tanto como me hubiese gustado, pero bueno, Dios me ayudará».
¿Realmente crees que Dios se preocupa por los pendejos?, no mames, Dios está muy ocupado sembrando cáncer en las personas, matando recién nacidos y permitiendo que gente viole niños, ¿crees que tiene tiempo para ayudarte en tu puta y miserable vida de mal estudiante?, claro que no.
Está bien creer en Dios, y no importa que tanto la gente te diga que no lo hagas o te intente convencer de que Dios no existe. La fe no es un argumento y por eso tiende a ganarle a cualquiera de los que un no creyente pueda escupir, así de poderosa es la fe.
Pero créeme, no hay mayor asco que ocultar tu mediocridad con tu dependencia en Dios. No creo que Dios ayude a los mediocres, no creo que Dios ayude a los inútiles, no creo que Dios ayude a los conformistas.
Si Dios existe, créeme que tiene cosas más importantes que ayudarte a pasar un puto examen, ayudarte a ganar la lotería, ayudarte a conseguir trabajo, etcétera.
Dicen que Dios obra de formas misteriosas, no de formas obvias, ¿captas la diferencia?, si las acciones de nuestro supuesto Dios estuvieran basadas en obviedades, créeme, todos seríamos creyentes, todos seríamos parte de ese selecto grupo que en veces sólo necesita desayunar fe para llevar su día a día.
No escondas tu falta de carácter en el nombre de tal ser, no adjudiques que las cosas no pasan sólo «porque Dios no lo quiso».
Si algo he aprendido en mis pocos años de vida e ignorancia, es que en esta tierra donde viven los «hijos de Dios», más mueve y más hace la voluntad del hijo, que la del mediocre, huevón y desinteresado padre.
Así que recuerda esto claramente: Dios no es el culpable de tus fracasos, es tu mediocridad.
Deja de culpar a ese pobre cabrón, que ya tiene suficiente con que crean en él sólo cuando lo necesitan.
#PeaceOut