Querido diario[6]: Ser chef es como ser prostituta.

Querido diario:

Ser chef es como ser prostituta. Tranquilo diario, sé que tal vez te estés preguntando de donde saco estas fuertes declaraciones, pero antes de que alguna de las prostitutas de mis amigas se sienta ofendida por comparar su profesión ─o pasa tiempo, según el caso─ con la de un chef, deja te cuento como he llegado a esa extraña conclusión en estos días.

Llevo tres semanas de clases o algo así, la verdad la vida ha sido dura, me levanto cada día a las 5:30 de la madrugada para entrar a mi primera clase a las siete, permanezco en la escuela hasta las 7 u 8 PM para volver a mi casa a las 8:30, en otras palabras: Salgo de mi casa de noche, vuelvo a mi casa de noche, el puto sueño de nadie hecho realidad.

El problema de levantarse tan temprano es que no tengo hambre, nada, así que sólo desayuno café y muerdo pan integral de caja, salgo corriendo porque el profesor de mi primera clase es un sociópata de la puntualidad, si llego tarde no me deja entrar.

Tengo la estúpida costumbre de tener hambre cuando no como, así soy yo, bien raro. Esta enfermedad tiene una solución sencilla: Comer. Tú la pensaste cuando leíste esto, yo la pensé, todos la pensaron, pero comer no es tan fácil en mi caso, esto es debido a que la comida está en mi casa, no en la escuela, y antes de que pienses que como croquetas para perro o algún tipo de alimento enriquecido para ganado, deja desarrollo las posibles soluciones y detalles a este increíble y complejo problema que me aqueja.

Hay dos sencillas soluciones que tal vez estés pensando:

  1. Comprar comida en la escuela.
  2. Llevar comida a la escuela.

Y es aquí donde por no conocerme y hacer tus conclusiones apresuradas pierdes un poco del respeto que no tenía hacía tu persona.

Analicemos los dos casos por separado:

  1. Comprar comida en la escuela: Soy enemigo del capitalismo, me parece una ofensa tener que pagar 50 pesos por una hamburguesa y un jugo, soy estudiante de química, de ingeniería, de la vida misma. Sé que el costo de la materia prima para dichos alimentos es muy inferior, entonces, ¿por qué la gente paga 50 pesos por algo que a ti (en teoría) te saldría mucho más barato hacer?, bueno, eso no lo abordaré aquí, sino en el otro punto.
  2. Llevar comida a la escuela: No sé tú, pero yo soy un enemigo declarado de la cocina, si algo requiere más de 5 minutos en ser preparado yo entro en pánico, me desespero, me dan ganas de nunca volver a comer en mi vida. Estoy seguro que hay más casos como el mío, no soy el único, de hecho creo que en general a las personas no les gusta cocinar, ¿por qué?, bueno, es sencillo:

Las personas sanas de la mente cocinamos cuando tenemos hambre, no antes, no después, justo cuando la tenemos, punto.
Tener hambre hace que las personas estén de mal humor, ¿cómo puedes divertirte cocinando mientras estás de mal humor?, nadie puede, cocinar enojado es de las peores cosas que hay, todo te sale mal, todo sabe feo. Peor aún, cuando terminas de cocinar tienes que lavar todos los platos y demás utensilios que utilizaste, ¿te gusta lavar platos?,  a mí no, me parece nefasto, que horrible, y que horrible que te guste, malditos complejos de sirvienta que tienes en tu cabeza, que asco me da tu vida.

En fin, cocinar es un martirio, una tortura, a pesar de ello hay personas que se dedican a eso, o sea, no se trata tu proeza en la cocina, no se trata de ver si no se te quema el platillo, tu pericia pelando camarones o esa forma homogénea y perfecta para empanizar, ¿te cuento un secreto?, cuando tienes hambre eso importa una mierda.

Podrás ser el chef más bueno de todo el país, si tu cliente tiene hambre te va a decir que eres el mejor, incluso si lo que preparas es basura con un poco de condimentos.

Entonces, ¿por qué hay personas que se dedican a ello?, ponte a pensar en esto de forma seria y objetiva. Allá afuera hay unos pobres diablos cuyas aspiraciones en la vida no fue conocer el universo a través de la ciencia, ganar dinero con la economía, salvar vidas en una sala de urgencias, entender la mente humana a través de la seudo ciencia de la psicología, ser desempleado y morir de hambre a través de la filosofía y la literatura. No, ellos simplemente decidieron cocinar y alimentar a otros seres vivos, estudiaron para darle placer a otras personas y cobrar por ello.

¿Te suena familiar?, las putas hacen lo mismo, ¿la diferencia?, bueno,  ellas no estudian, no hay una escuela que te enseñe a dar sexo oral como una prodigio, te forjas en la calle dando malas mamadas, cometiendo el ignominioso y sacrílego acto de morder un pene en un callejón por 50 pesos. Es cuesta una mamada en el centro de Chihuahua, 50 pesos, lo mismo que una hamburguesa y un jugo.

Entonces, ¿qué prefieres?, ¿comer en la escuela o que te la muerdan en el centro por 50 pesos?, no sé tú, pero yo esta semana no he comido ninguna hamburguesa, nos vemos el lunes diario, tengo que ir al centro a comprar muchas cosas.

#PeaceOut.

4 comentarios en “Querido diario[6]: Ser chef es como ser prostituta.

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