Del elixir de la vida al elixir de la muerte – PARTE II

Si leíste la primera parte de esta historia te habrá quedado clara la importancia de la pólvora, tanto la cultura de China como todas las culturas que tuvieron contacto con ella no sabían exactamente la razón por la cual la pólvora hacía lo que hacía, lo importante era todo el avance tecnológico que estaba generando en la historia de la humanidad.

En la ciencia las cosas suelen hacerse de forma colaborativa, el smartphone en el que tiras tu vida a la basura es el trabajo arduo de cientos de años de cientos de miles de investigaciones de científicos que día a día se forjan en salones de clases y laboratorios intentando poner un granito de arena para entender la naturaleza, hay quienes contribuyen de forma colosal y son reconocidos para toda la historia, otros no tanto. Lo importante es que este hecho de hacer la ciencia de forma colectiva hace que avance un poco más rápido el asunto. El método científico (esa forma pragmática y a veces jodidamente aburrida que se tiene en la ciencia para hacer las cosas) es lo único que conocemos y es lo que seguimos usando para hacer ciencia.

La ciencia avanzó, así como también el uso de la pólvora, de hecho, gracias a la química y otras artes oscuras (que no mencionaré por arrogante, recuerda que estudio química) la civilización fue captando que lo importante no era la pólvora como tal, ¡Sino el maldito salitre!, esa sal extraña tenía propiedades increíbles, combinada de distintas formas con distintos elementos formaba explosivos aún más letales, porque claro, si algo va a ser financiado en este mundo retorcido, es la ciencia que ayuda a generar armas y cualquier artefacto que acabe con la vida de nuestros enemigos, tal y como lo quería Lao-Tse.

Pero, ¿acaso el salitre estaba condenado a ser el ingrediente predilecto para iniciar con un auto-genocidio en nuestra humanidad?, pues no precisamente. El salitre a pesar de presentar propiedades increíblemente peligrosas poseía otras propiedades benéficas para la humanidad, ¿el problema?, bueno, no era fácil de encontrar.

El salitre suele encontrarse en lugares donde había mucha agua en el pasado, antiguos mares. Recordarás de las aburridas clases de geografía que la distribución de tierra y mar hace miles de años no era la misma que hoy, antes todo era un solo continente llamado «pangea». Algunos desiertos antes eran mares, algunos mares ayer eran extensiones de tierra, etc.

El salitre es una combinación de oxígeno y nitrógeno, el oxígeno está en todos lados, es esa peligrosa droga a la que eres adicto, pero, ¿y el nitrógeno?, ¡Pues también!

El aire (eso que no puedes ver pero que tú juras que respiras) está compuesto en su mayoría por nitrógeno, algo así como un 79%, el resto es oxígeno y otros gases que no mencionaré por miedo a que me crucifiques por pretencioso. Bueno, nosotros inhalamos aire, pero respiramos sólo oxígeno ─cuidado con el juego de palabras que estoy poniendo en manifiesto─.

Si del aire respiramos sólo oxígeno, ¿qué pasa con todo el nitrógeno y otros gases que entran en nuestros amados pulmones?, bueno, así como entra sale, no reacciona en nuestro cuerpo, sólo el oxígeno es el que reacciona con la hemoglobina de nuestra sangre y nos llena de vida, te estarás preguntando la razón por la cual el nitrógeno no reacciona con nuestra sangre, y de no ser así, pues más vale que te lo preguntes, porque la rebuscada respuesta a esa pregunta es la razón de toda esta historia.

El nitrógeno sólo se encuentra en pareja, es decir, se requieren dos átomos de nitrógeno unidos para que el nitrógeno encuentre mayor estabilidad, muy parecido al matrimonio, para que veas que no sólo tú vives en el autoengaño del matrimonio y la felicidad que él conlleva, también el nitrógeno piensa así. El nitrógeno está unido a otro nitrógeno por un triple enlace, no hace falta que nos compliquemos mucho en explicar lo que es un enlace químico, sólo te voy a decir que es la forma en la cual la materia se une, de no ser por los enlaces todos los elementos serían solitarios y no habría nada interesante en este mundo, no habría química en sí.

Imagen de la estructura

El problema de que haya un triple enlace es que es muy difícil que el nitrógeno se separe a su forma solitaria (monoatómica), puedes imaginarte un nudo en los zapatos, ¿cómo los desamarras más fácil?, si pusieras tres nudos sabrías de antemano que sería más difícil desamarrarlos, conlleva más tiempo, más energía, y eso es precisamente a lo que quiero llegar. La cantidad de energía que se requiere para separar dos átomos (romper el triple enlace) es increíblemente alta, eso hace que el nitrógeno sea considerado un gas inerte, o sea, que no reacciona.

Esa es la razón por la que si el nitrógeno entra en tu cuerpo no pasa nada, pasa desapercibido completamente, y eso es bueno, de hecho (como dato curioso), estás tan acostumbrado a tener nitrógeno en tu cuerpo entrando y saliendo que nuestra amada evolución no desarrolló un mecanismo para saber cuándo tienes exceso de él. Si te conectaras un tanque de nitrógeno y «respiraras» a través de él, en unos minutos caerías completamente muerto, esto debido a que la sensación de ahogamiento en tu cuerpo es generada por el exceso de dióxido de carbono en tu sangre (lo que sale cuando exhalamos), dióxido que reacciona para formar ácido carbónico y con ello joder la armonía de tu cuerpo, el nitrógeno al ser imperceptible en tu cuerpo simplemente no activaría la alarma de emergencia, esa voz que te grita: «¡NOS ESTAMOS MURIENDO, RESPIRA, PENDEJO. Sé que estás pensando en ir a buscar un tanque de nitrógeno para acabar con tu vida, pero no lo hagas, muchos científicos han muerto aprendiendo esto a las malas, de hecho eso pasó en la NASA hace mucho tiempo, murieron dos hombres por entrar en una atmósfera de nitrógeno y no darse cuenta, pasa mucho en la ciencia. Lo que hasta cierto punto es gracioso (que en paz descansen los héroes), es que muchas veces hay un segundo o tercero que intenta ayudar a su compañero muerto y muere también en el intento, cuidado con el nitrógeno amigos, cuidado.

Entonces, si el nitrato del Salitre requiere un átomo de nitrógeno (que hay mucho) y oxígeno (que también hay mucho), y se requiere mucha energía para separar estos átomos de nitrógeno y unir uno de ellos a tres de oxígeno para posteriormente hacerlo reaccionar con sodio o potasio, ¿cómo es que existe el salitre en primer lugar?, suena complicado el proceso, de hecho, suena místico.

Por fortuna en la química tenemos un héroe, uno de esos que cuando lo piensas o lo mencionas debes hacerlo de rodillas, estoy hablando de Antoine Lavoisier, también apodado como «El padre de la química moderna», él dijo unas palabras que posiblemente te suenen familiares: «La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma» (llamado también «principio de conservación de la materia»), claro, no faltará el físico empedernido que venga y diga que sí se puede destruir la materia en la fisión nuclear y las bombas atómicas y una sarta de artes oscuras, y tiene la razón, pero para fines prácticos asumiremos que en condiciones normales no lo hace, de ser así la vida misma no podría existir.

El buen francés Lavoisier y sus frases mágicas nos han ayudado a de cierta forma «rastrear» la materia, de hecho, Lavoisier fue de los primeros en entender la existencia del nitrógeno como tal, porque cuidado, recuerda que los alquimistas eran raritos, ellos no tenían idea de la existencia del nitrógeno.

Creo que todos hemos sido testigos del experimento barato que hacen en las escuelas para apagar una vela poniéndole un vaso encima, muy curioso, sirve para impresionar a un niño de 7 años, pero para un alquimista se necesitaba más que eso, ¿qué pasa si metes un animal pequeño a ese vaso donde estuvo la vela hasta que se apagó?, no sé, un caballo, por por un ejemplo, bueno, pues el caballo moriría. Cualquier mente sana pensaría que los humos que quedan después de poner la vela son altamente tóxicos, pero, ¿por qué las velas no nos matan?, ¿será acaso que el humo de velas es letal para los caballos?, no, como bien sabrás es la ausencia de oxígeno lo que es letal, obviamente los alquimistas no sabían esto, pero con el tiempo fueron deduciendo que en al aire había otra cosa, «algo más», una sustancia que no podemos ver y que posiblemente esté relacionada con la vida (así de intuitivo es el pensamiento científico a veces).

Lavoisier no sólo entendió esta sustancia asesina, sino que también la bautizó con el nombre de «azote» (del griego «sin vida»), de hecho, allá por el rancho de Lavoisier (Francia), aún se le dice azote al nitrógeno, claro, puedes usar el google traductor si no me crees. Los alquimistas usaban el nitrógeno en todas las sustancias raras que manejaban, como el ácido nítrico, por ejemplo, pero aún estaban lejos de entender la composición exacta de las sustancias que eran tan familiares para ellos.

Bueno, usando esta forma de rastrear la materia nos dimos cuenta que faltaba un eslabón para llevar el nitrógeno a salitre, tenía que ser algo increíblemente poderoso, algo que fuera más allá de la comprensión humana, y sí que lo era.

Aunque no lo creas es muy reciente el entendimiento de cómo llegó el nitrógeno al suelo, no fue hasta que descubrimos las bacterias y desarrollamos la bioquímica que se entendió el ciclo completo del nitrógeno.

Las bacterias (esas pequeñas perras que a veces son buenas y a veces te matan porque se aburren) son capaces de procesar el nitrógeno, tienen dentro de ellas una enzima llamada «nitrogenasa» (así de originales para bautizar cosas son los científicos), esta sustancia lo que hace es separar el matrimonio estable que tienen los átomos de nitrógeno, la nitrogenasa es el tercero en discordia. La bacteria combina los átomos de nitrógeno con hidrógeno para formar amonio (NH4), esto lo depositan en el suelo y las plantas lo consumen, porque a las plantas les encanta el nitrógeno (ellas me contaron), y sin bacterias ellas no tendrían una forma fácil de extraer el nitrógeno de la atmósfera, si nosotros con nuestra alquimia no podíamos, ¡Imagina a las pobres plantas!

Entonces las piezas de este rompecabezas empiezan a tomar sentido, las plantas crecerán más fácil en aquellos suelos ricos en nitrógeno pues necesitan satisfacer esa tonta adicción a seguir vivas. De hecho, nosotros consumimos el nitrógeno de la misma forma, nos comemos a las plantas que tanto defienden los veganos y de allí lo sacamos, también lo podemos hacer consumiendo carne (está en las proteínas), pero al fin de cuentas todo empieza por las bacterias y su pasatiempo de estar rompiendo el nitrógeno molecular.

¿Entiendes ahora?, ¡Por eso el salitre se encontraba en lugares dónde había mucha agua!, donde hay agua, hay vida; ¡hay plantas, hay bacterias, hay sales, lo hay todo!, con el tiempo las plantas, bacterias y demás cosas mueren (ellos no encontraron el elixir de la vida), todo se queda en el suelo y el ciclo de la vida y muerte continúa, pero claro, detrás de ellos dejaron un nitrógeno ya procesado y un suelo enriquecido con esta sustancia tan esencial para la vida en general, puedes imaginarlo como lo que pasa con el petróleo, el salitre es un producto de arduo trabajo de la vida en conjunto que se depositó en la tierra.

Es irónico y casi poético que las bacterias sean capaces de hacer eso y nosotros con toda nuestra alquimia hayamos sido tan ciegos, y deja tú la alquimia, sino también nuestro cuerpo, tan inútil para aquello de ser autótrofo y servir de algo.

Pero si te hace sentir mejor, el cuerpo sí asimila el nitrógeno de una forma muy extraña, aquí te va una de las clásicas:

Los buzos respiran una cierta combinación de gases cuando están sumergidos, entre esos gases está el nitrógeno, cuando vuelven a la superficie muy rápido sufren algo llamado descompresión, esto quiere decir que el nitrógeno (que experimenta una mayor presión bajo el agua) se descomprime de forma rápida en los pulmones y pasa más a fuerzas que con ganas la barrera entre los pulmones y la sangre (alvéolos pulmonares), la sangre transporta el nitrógeno al cerebro y allí genera efectos raros parecidos a los que sufres cuando consumes alcohol, los obreros de la ciencia (los médicos) la llaman: «Narcosis por nitrógeno», así que puedes empezar a invertir dinero en el buceo y menos en el alcohol.

¿Ahora entiendes la razón por la cual el nitrógeno es mi elemento favorito?, es toda una proeza el entendimiento que ha concebido la ciencia a través de años sobre este elemento, muertes y experimentos raros, y si no es tu favorito al menos es uno de los que más la atención deberían llamar, esto a pesar de ser prácticamente imperceptible.

El problema del salitre y que sea escaso es que la misma naturaleza tiene todo en equilibrio, lo consumen las plantas, luego esas plantas mueren y vuelven a nitrogenar el suelo, ¿recuerdas el principio de conservación de la materia?, todo es lindo y armonioso, claro, hasta que alguien rompe ese equilibrio, ¿a quién conoces que sea bueno rompiendo el equilibrio en el planeta?, así es, las mujeres, pero generalicemos como «los humanos» para no vernos misóginos.

Fue el crecimiento de la población aunado a la agricultura lo que hizo que los suelos y la vegetación empezaran a experimentar cambios bruscos en el equilibrio que el cosmos había establecido en ellos. La civilización entendió bien el concepto de la importancia de las plantas y tenerlas felices, al fin de cuentas las plantas son el alimento de nuestros alimentos, y claro, también nuestro alimento como tal.

¿El problema?, lógico, el salitre empezó a escasear de una forma muy grande, y no sólo eso, el salitre también era el ingrediente esencial para los explosivos, en esta humanidad bélica, aunada al desarrollo de la agricultura a gran escala, el salitre se convirtió en una materia prima indispensable para el desarrollo de toda nación, tanto así que se llegó a llamar de cariño como «oro blanco».

Y quiero que recuerdes bien eso del oro blanco, tú sabes que cometemos crímenes increíbles en nombre de lo material, de lo superfluo, de todo aquello que Lao-Tse nos decía que evitáramos:

«El que sabe que suficiente es suficiente, siempre tendrá suficiente».

Perdón si te vuelvo a dar un final pesimista, pero no importa si el oro es dorado, negro o blanco, lo importante es que sea oro, y este oro empezó un capítulo más en la historia de la humanidad, y claro, el tercer capítulo de esta historia.

¡Nos vemos en la PARTE III de este largo viaje en búsqueda del oro blanco!

2 comentarios en “Del elixir de la vida al elixir de la muerte – PARTE II

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